sábado, 17 de septiembre de 2011

belthelem

Los cristales del sol

entran por su ventana,

siesta que se quiebra en mil pedazos/

llenos de luz


Vuelven los rayos, otra vez

sobre el vidrio transparente de aquel colectivo que nos hace subir la cuesta/

Es el ronroneo del motor trepando por las arterias

de la gran ciudad subfluvial


Miras el libro, mientras lo hamacas entre tus piernas,

las letras y los colores te empañan

encajando con cada parte de ese lugar


El silencio

alargó el contorno de tu boca, desfigurándola;

la excusa perfecta,

el eco de todo lo que no decís


Hundida en las preguntas de las últimas páginas,

perdiste el sueño en algún lugar del mar/


La tarde interrumpe

las esquinas,

hablamos como si el orden

hubiera alterado alguna de nuestras estructuras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿vos decis?